Motivos por los que puedes perder la pensión de incapacidad permanente

La pensión de incapacidad permanente es una pensión para toda la vida, a no ser que aquellas limitaciones que dieron lugar a dicha pensión disminuyan o desaparezcan. Es decir, se trata de una pensión vitalicia a no ser que las limitaciones que la provocaron dejen de existir o se reduzcan. Como especialistas en prestaciones de la Seguridad Social te contamos lo que tienes que saber sobre la misma.

Pérdida de la incapacidad permanente

La Seguridad Social, previo procedimiento de revisión ante un Tribunal Médico, puede rebajar el grado de incapacidad si las limitaciones se reducen o dejan de existir. También puede eliminar la pensión por mejoría. Pero, aunque no se dieran ninguna de estas circunstancias, una persona se puede quedar sin la pensión de incapacidad permanente por tres motivos.

Uno de ellos es no aportar los informes médicos de calidad que el Tribunal Médico solicite durante una revisión. Si no se hace, se corre el riesgo de que rebajen el grado, siempre que no se parta de una incapacidad permanente total, ya que en este caso no cabe grado inferior y directamente eliminará la pensión. También se puede perder si se desarrolla cualquier actividad incompatible con la profesión que sirvió de base para conceder la incapacidad permanente, o cuando se desarrolle una actividad remunerada y reglada mientras se posee la incapacidad permanente absoluta. Lo mismo puede suceder cuando no se acuda a cualquier citación de revisión de grado de la incapacidad ante el Tribunal Médico.